lunes, 16 de diciembre de 2024

"Experiencias de reunificación de otras izquierdas soberanistas"


El mes de mayo pasado la Escuela de Municipalismo de Zaragoza en Común (ZeC) organizó una serie de interesantes charlas en el Centro de Historias de Zaragoza sobre algunas experiencias de reagrupamiento de la izquierda, bajo el título de “Transformar la Izquierda”.

Meses después me animo a ordenar mis notas y exponer mis conclusiones sobre las intervenciones de algunos de los ponentes, pues pienso que tras las Elecciones Europeas de junio y los sucesos posteriores reflexionar sobre todo ello es aún más necesario, sobre todo de cara al futuro, ante el avance de las diversas derechas extremas. este artículo no pretende ser, pues, un resumen de las ideas de los intervinientes, sino del aprendizaje que me supusieron a mí personalmente y por tanto las iré desgranando en función del interés que, estas experiencias foráneas, considero que tienen para Aragón.

En concreto he tomado notas de las jornadas 23 y 30 de mayo. La primera protagonizada por Óskar Matute (EH Bildu) y Gerardo Pisarello (En Comú - Podem); y la segunda por Joan Ribó (Compromís) y Antonina Ferrà (Més per Mallorca).

Sin duda creo que el interviniente que más aportó fue Óskar Matute, no tanto por la cercanía geográfica como por su conocimiento de la situación de Aragón, contrastando un poco con Gerardo Pisarello, que creo que se dedicó, más que nada, a expresarnos sus emociones y sentimientos vividos en los procesos sociales de Catalunya estos años; realmente, hablando luego con los compañeros, no entendimos muy bien la posición de Pisarello: si es un federalista en proceso de conversión hacia el confederalismo, o viceversa.

Joan Ribó habló desde la perspectiva de Compromís, un proyecto que siempre ha interesado a la izquierda aragonesista, y Antonina Ferrà trajo la experiencia de las Islas Baleares, poco conocida en Aragón, pero que comienza en 1977 con el PSM integrado, como el PSA, en la Federación de Partidos Socialistas (FPS) aliada de Tierno Galván en aquellas candidaturas de Unidad Socialista y que, al contrario que en Aragón, logró sobrevivir y hoy forma parte (junto a ERC y Compromís) del partido europeo Europe Free Alliance (EFA), aunque como Compromís y CHA, también formaron parte de la coalición SUMAR en las pasadas Elecciones Generales, como socio mayoritario en su país.

Todos los ponentes coincidieron en un punto, haciendo honor al subtítulo de las jornadas: “un modelo de organización para cuidarnos”, y aunque cada uno aportaba un modelo de organización diferente, en todos los casos nos encontramos con el esfuerzo por superar situaciones tóxicas; así, según mis notas fue Matute quien lo expresó de manera más clara: priorizar la unidad, acabar con el caínismo y trabajar en militancias amables apartando el tradicional “qué hay de lo mío”.

Sobre la fórmula jurídica en que se asientan los procesos de unidad, oscilan entre la coalición y la federación, nadie planteó que los partidos pequeños tuviesen que disolverse para integrarse en el grande, pero tampoco en el fetiche de un “movimiento sociopolítico” sin una base orgánica sólida. Aquí el testimonio de Ribó me resultó el más interesante: él, como independiente, considera que la existencia de partidos políticos es imprescindible: los independientes son necesarios para cohesionar el proyecto, pero sin partidos políticos organizados, los independientes no tienen nada que hacer.

En concordancia con esta idea Matute explicó que el proceso de unidad en EH Bildu lo dieron en dos fases: primero acordaron un Programa de Mínimos y en segundo lugar acordaron unas “reglas de juego por encima de las cuotas de los partidos”, insistió mucho en que en Bildu no se asignan los cargos o puestos por cuota de partido (”si así fuese, yo no sería diputado”) sino, estrictamente en condiciones de “igualdad, mérito y capacidad” (sic!) o sea que se puede entender que se “elije a los mejores por consenso”. Creo que mucho debe cuidarse la relación entre militantes de procedencia diversa, mucha dinámica de grupo positiva, mucha proactividad y mucho compañerismo y lealtad debe haber en la organización para conseguir esto.

Por cierto: nadie mencionó las Primarias como método de elección de dirigentes o cargos públicos, algo que por un lado sorprende, porque parece que en los últimos 25 años han sido poco menos que el santo y seña de la “democracia interna” o no tanto, porque las experiencias que conocemos de Primarias nunca han servido para cohesionar la organización y en ocasiones sí para fracturarla, y desde luego no contribuyen a “cuidarnos” ni a eliminar actitudes tóxicas ni a cohesionar, ni a elegir a las personas más adecuadas por consenso. Una idea que sí fue mencionada, por Ferrà, fue la dificultad de aplicar la rotatividad de cargos limitando temporalmente los mandatos: en organizaciones pequeñas con pocos cuadros políticos, esta norma puede desencadenar una crisis autoinfringida sin razón, al no encontrar relevo adecuado a quien haya cumplido el plazo máximo.

Otra idea expuesta por Matute que me llamó la atención es la necesidad de “trabajar políticamente permeando a la Organización con el Pueblo”. En mi opinión, esto sólo se puede entender como que el Proyecto Político debe esforzarse por defender los intereses populares, de la mayoría social, huyendo del sectarismo, de la demagogia y de la tentación de instrumentalizar a los movimientos sociales. Actitudes que pueden reportar algún beneficio momentáneo, coyuntural, pero que generan mal rollo y frustración entre los activistas, generando esas situaciones tóxicas y actitudes cainitas que los desmovilizan y acaban por debilitar a las entidades y movimientos sociales, llevando a un ambiente de frustración que tan bien conocemos en Aragón.

Sobre las enseñanzas de estos ponentes, seguro que la mayoría del público no estará de acuerdo conmigo: ya lo advirtió Matute al principio de su intervención “Bildu es la expresión política de un movimiento de emancipación social y nacional, puede que a vosotros no os sirva de mucho”. Sin duda no hay muchos independentistas aragoneses entre los militantes de ZeC, sin embargo, nada está perdido: El mismo Matute advirtió que durante muchos años él trabajó para construir la “izquierda confederal española”, pero que hoy considera que es imposible. No en vano su partido, Alternatiba, surgió de la ruptura de Ezker Batúa (la IU vasca) que acabó por integrarse en EH Bildu.

Hubo un par de intervenciones, el día de Matute y Pisarello, reivindicándose del soberanismo aragonés, los militantes de Estado Aragonés presentes preferimos callar entonces, pero sirva este artículo para expresar mi opinión: Tal vez los partidarios de construir un proyecto político de emancipación social y nacional aragonés no tenemos muy claro qué hacer, pero no creo que ni centrarse en intentar asimilar toda la actividad política en un solo partido político, ni organizar una especie de movimiento sociocultural con un liderazgo mediático fuerte, sea el camino: las pistas que debemos seguir creo que nos las dieron entre Matute, Saura y Ferrà y que, salvo omisión por error, están ahí arriba.

Rafel Fleta

Secretario de Organización

Estado Aragonés.